Combata el estrés con estas estrategias de gestión del estrés

Ah, el estrés. Es ese viejo amigo al que le encanta aparecer cuando menos te lo esperas. E incluso cuando lo hace, controlar el estrés nunca es fácil. ¿Cómo puedes relajarte cuando ni siquiera puedes pensar con claridad? Y lo que es peor, el estrés tiene muchas formas y tamaños. Todo, desde el trabajo y la familia hasta la salud y las citas, puede contribuir al interminable pozo del caos mental.

En esos momentos, ayuda saber qué técnicas de afrontamiento te funcionan. Pero no se trata de elegir cualquier camino. Un afrontamiento sano debe ayudarte a trabajar con el problema o a superarlo, no a evitarlo. Lo más importante es que te permita crecer como persona.

¿Cómo se hace?

Estrategias de afrontamiento que hay que evitar

Antes de sumergirnos en las formas de afrontamiento respaldadas por la ciencia, veamos cómo no afrontar la situación:

1. Beber alcohol

Un vaso de vino tinto al final de un largo día no hace daño. Sin embargo, utilizar el alcohol como muleta no es la mejor idea. En realidad inducirá una mayor respuesta al estrés al estimular el cortisol, la hormona del estrés, de las glándulas suprarrenales.

2. Comer mal

Cuando uno está estresado, es habitual sentir que sólo la pizza o el helado le reconfortarán. De hecho, aproximadamente el 38% de los adultos recurren a la comida basura para aliviar el estrés. Comer azúcar es especialmente adictivo, ya que los dulces aumentan las endorfinas que te hacen sentir bien. Por desgracia, tendrá el mismo efecto en tu cintura.

3. Suprimir las emociones

Apartar los sentimientos no sirve de nada. Aumenta los niveles de cortisol, lo que dificulta el buen funcionamiento del sistema inmunitario. También afectará al sueño y fomentará otros comportamientos poco saludables.

Estrategias para afrontar el estrés

Hay dos formas principales de afrontar el estrés. Juntas, se dirigen a ambos lados de la situación. Tus sentimientos y la fuente de estrés.

Afrontamiento positivo basado en las emociones

Las habilidades de afrontamiento basadas en las emociones están diseñadas para reducir los síntomas del estrés. No abordan el origen del estrés, una técnica independiente en sí misma. En cambio, el afrontamiento saludable basado en las emociones consiste en encontrar la paz dentro de uno mismo. Incluso puede allanar el camino para pasar a la acción.

1. Sueño

Sí, puede ser así de sencillo. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, dormir lo suficiente es una de las mejores formas de afrontar la situación. Las siestas mejoran la respuesta del cerebro al estrés y te ayudan a afrontar la situación.

2. Ejercicio

La actividad física es una forma excelente de liberar las emociones reprimidas. Además, al igual que el sueño, el ejercicio mejora la capacidad del cuerpo para manejar el estrés. Incluso el cerebro y el sistema nervioso central se ejercitarán para combatir el estrés.

3. Pasar tiempo con gente

Hay una razón por la que las relaciones sociales reducen la mortalidad. Recibir el apoyo y el cariño de los demás puede mantenerte cuerdo. Si dedicas tiempo a tus seres queridos, podrás hablar y tomarte un respiro.

4. Meditar

La meditación no resolverá ningún problema, pero mantendrá tu cerebro bajo control. Los estudios han encontrado beneficios para la ansiedad, la tensión, la depresión e incluso el dolor. Si la meditación no es lo tuyo, prueba con el yoga para eliminar el estrés.

Afrontamiento positivo basado en soluciones

El afrontamiento basado en soluciones consiste en encontrar un remedio. El concepto principal es que la persona ya tiene las herramientas para resolverlo. Con determinadas acciones y técnicas, puede «desbloquear» esa solución.

1. Encuentre lo que puede cambiar

En lugar de centrarte en lo que pasó, céntrate en lo que tiene que pasar ahora. Haz todo lo posible por cambiar los aspectos que puedes controlar. En algunos casos, esto significa simplemente aprender y seguir adelante.

2. Utilice frases del tipo «yo siento».

La confrontación es dura, pero a menudo es necesaria para resolver un problema. Empieza por evitar atacar a la otra persona. Empiece con un «yo siento…» para dejar espacio a la empatía.

3. Aprender una lección

Esto va de la mano con encontrar lo que puedes cambiar. Cada problema es una lección disfrazada, así que toma nota. Puede que sea lo que necesitas para manejar o prevenir problemas similares.