Claustrofobia y ansiedad: Cuáles son sus causas y cómo solucionarlas

La ansiedad y la claustrofobia son como dos viejos amigos a los que nunca quieres ver. Lo primero que ocurre es un pequeño temblor interior. Luego, sientes que la presión aumenta. Las manos y los pies empiezan a inquietarse. Las palmas de las manos se humedecen y dejas de sentirte a ti mismo. La calma interior se esfuma.

La claustrofobia es un trastorno de ansiedad, o más bien un síntoma de ansiedad. Sabes que eres claustrofóbico si tienes un miedo extremo a los lugares cerrados. La ansiedad y la claustrofobia junto con el trastorno de pánico, el trastorno obsesivo-compulsivo y el trastorno de estrés postraumático se generalizan como trastornos de ansiedad.

Causas de la claustrofobia y la ansiedad

Se desconocen las causas exactas de los trastornos de ansiedad como la claustrofobia y la ansiedad. Las investigaciones indican que los factores genéticos y ambientales son los responsables de los miedos y la sensación de ansiedad.

Causas científicas de la claustrofobia y la ansiedad

La disfunción del hipocampo y la amígdala, partes del cerebro, puede provocar claustrofobia y ansiedad. El hipocampo es una región del cerebro que almacena recuerdos de sucesos temidos. Puede parecer más pequeño en personas que han sufrido maltrato infantil.

La claustrofobia puede ser una disfunción de la amígdala, la parte del cerebro que controla la emoción del miedo. Experiencias como estar atrapado en un espacio estrecho, ser castigado con el encierro en un espacio pequeño en la infancia y permanecer en un espacio estrecho durante un largo periodo de tiempo pueden provocar claustrofobia.

La claustrofobia y la ansiedad pueden aparecer junto con otros problemas importantes de salud mental, como la depresión y el abuso de sustancias.

He aquí una lista de otros factores vulnerables en el desarrollo de la claustrofobia y la ansiedad.

Comportamiento inhibido, tímido y retraído en la infancia.
Timidez extrema y falta de interacción social.
Preocupación por la vergüenza pública.
Problemas personales como divorcios, muertes en la familia y enfermedades crónicas.
Acontecimientos vitales estresantes en la infancia y la edad adulta.
Antecedentes familiares de inestabilidad mental.

Formas de controlar y tratar la claustrofobia y la ansiedad

¿Cómo se pueden controlar los sentimientos de ansiedad y claustrofobia? ¿Cómo puede evitar que gane terreno y se convierta en un trastorno mental importante? A continuación le explicamos cómo.

Terapia cognitivo-conductual

La terapia cognitivo-conductual puede ayudarte a pensar, afrontar y reaccionar de forma diferente ante determinadas situaciones. Se centra principalmente en identificar y, a continuación, neutralizar aquellos pensamientos negativos que provocan claustrofobia y ansiedad. También te ayuda a enfrentarte a tus miedos y te anima a participar en actividades que has estado evitando.

Grupos de apoyo

Cuando la claustrofobia y la ansiedad se vuelven abrumadoras, afectan a tu vida personal. Es entonces cuando necesitas algún tipo de apoyo de personas que se enfrentan a problemas similares. En los grupos de apoyo, los miembros suelen compartir sus experiencias personales y te dan consejos para combatir tus miedos. Puede ser muy útil cuando empiezas a hablar con otras personas que están en la misma situación.

Los grupos de apoyo te hacen sentir menos aislado al interactuar y establecer conexiones con otras personas que se enfrentan a retos similares. Esta terapia no debe ser una alternativa a la atención médica.

Meditación

La meditación es una práctica ancestral que ayuda a relajarse y favorece el bienestar. Se sabe que reduce la tensión arterial, la ansiedad, el insomnio, el miedo y la depresión.

Empiece centrando su atención en algo positivo y elimine la corriente de pensamientos negativos. La meditación le ayudará a mejorar su bienestar físico y emocional.

Cambios en el estilo de vida

Si no te entrenas para combatir la negatividad, el miedo y la ansiedad, por supuesto, nunca te sentirás mejor. Busca estrategias y desarrolla hábitos que te ayuden a afrontar mejor los retos.

Si crees que el alcohol, los cigarrillos u otras drogas proporcionan un alivio temporal, ¡te equivocas! Pueden empeorar tu ansiedad y claustrofobia. Evita estos vicios para ser mejor.

Cuando se vea sometido a situaciones en las que pueda sentirse ansioso o claustrofóbico, relájese físicamente. Cuando te expongas a estos desencadenantes, sustituye el miedo y la ansiedad por una respuesta de relajación.

Intente reducir la velocidad y respirar con el vientre. Reduzca la velocidad unos minutos antes de entrar en una situación que le provoque claustrofobia o ansiedad. Incluso puedes detenerte un minuto. Respira profundamente por la nariz y concéntrate en el aire que entra y sale. Esto puede ayudarle a relajarse.

Aunque los consejos anteriores pueden ser de gran ayuda para quienes sufren claustrofobia y ansiedad, es importante que comprendas mejor tu ansiedad y aprendas a afrontar mejor tus emociones. No te escondas del mundo y desaparezcas. Tómate un tiempo y haz algo productivo para mejorar tu estado de ánimo.