Causas menos conocidas de las reacciones alérgicas en humanos

Las alergias afectan cada año a más personas y su número no va a disminuir pronto. Las estadísticas disponibles sugieren que la fiebre del heno y otras enfermedades alérgicas se han disparado entre un 200% y un 300% en los últimos 40 años.

Resulta aún más alarmante que más de la mitad de la población actual sufra alergia a algún tipo de sustancia a lo largo de su vida. Sorprendentemente, alrededor de mil millones de personas padecen enfermedades alérgicas en todo el mundo. Además de la contaminación del aire exterior, incluso nuestras casas, nuestros cuerpos y los alimentos que comemos contribuyen a la epidemia de alergias.

Causas menos conocidas de las alergias

1. Cambio climático

Todos sabemos que el mundo se está calentando y que los casquetes polares se derriten más rápido que nunca. Pero, ¿qué tiene eso que ver con las alergias? Las condiciones ambientales que generan el calentamiento global y el cambio climático son una de las principales causas de las alergias.

Un estudio de los niveles de polen muestra un aumento constante de la producción de polen durante este siglo y predice que los niveles de polen pueden triplicarse para 2040.

El aumento de los niveles de polen tiene mucho que ver con la contaminación que está provocando el cambio climático. Otro informe atribuye el aumento del polen al aumento del dióxido de carbono atmosférico, que es el resultado de la contaminación industrial y de la automoción.

2. El polen

Los estudios sugieren que los granos de polen pueden ser realmente tóxicos. Los granos de polen contienen una enzima que daña el revestimiento de las vías respiratorias (nariz y pulmones), lo que a su vez aumenta las reacciones alérgicas. Además de aumentar la carga polínica, la contaminación hace que el polen sea más alergénico.

El aire contaminado daña nuestros tejidos respiratorios y hace que nuestro entorno sea más propenso a provocar alergias. Las investigaciones demuestran que los niños expuestos a un tráfico intenso de vehículos corren un mayor riesgo de desarrollar alergia al polen.

Como cualquier otra dolencia, la alergia al polen perjudica su rendimiento escolar y afecta a su sueño. Incluso los adultos son vulnerables a este riesgo, ya que la alergia al polen interfiere en la capacidad de conducción y la productividad en el trabajo.

3. Formaldehído

El formaldehído es un gas incoloro, inflamable a temperatura ambiente y con un fuerte olor. Se sabe que la exposición al formaldehído provoca muchos efectos adversos para la salud. Esta sustancia química se libera en el aire de nuestros dormitorios, cocinas y salones a través de los productos de madera encolada, los muebles y el humo. Es a la vez un potente irritante y un alérgeno.

Los científicos han establecido una relación directa entre los niveles de formaldehído presentes en los hogares y la posibilidad de que los niños que viven en ellos desarrollen alergias a inhalantes comunes, como el polen y el polvo. Los niveles de formaldehído en los hogares aumentan día a día y provocan un aumento de las alergias.

4. Triclosán

El triclosán es una sustancia química antibacteriana que se utiliza habitualmente en productos de cuidado personal y soluciones de limpieza. Se ha encontrado en las secreciones nasales de casi la mitad de la población. La exposición al triclosán puede alterar las bacterias que se encuentran en nuestro organismo y aumenta las probabilidades de que los niños desarrollen asma o fiebre del heno. En experimentos de laboratorio con animales, se demostró que la exposición al triclosán aumenta la posibilidad de desarrollar alergia a los cacahuetes.

5. Comida rápida

Ciertos alimentos que ingerimos también desempeñan un papel clave en la aparición de alergias. Un análisis del Estudio Internacional de Asma y Alergias en Niños observó que el consumo de comida rápida más de tres veces por semana aumenta el riesgo de enfermedades alérgicas en niños y adolescentes. En cambio, comer fruta al menos tres veces por semana disminuye mucho el riesgo, ya que las frutas contienen nutrientes protectores llamados flavonoides, que no se encuentran en la comida rápida comercial.

Ambiente tóxico y alergias hereditarias

Investigaciones recientes revelan que estos factores ambientales que causan alergias también pueden afectar a la función de los genes humanos. Estos cambios en los genes, denominados modificaciones epigenéticas, pueden transmitirse de la madre al hijo durante muchas generaciones.

Las alergias creadas hoy tienen el potencial de afectar a nuestras futuras generaciones y repercutir negativamente en la salud humana en el futuro. Este efecto se ha demostrado claramente en la conocida agrupación familiar de enfermedades alérgicas, en la que predominan las alergias maternas.

Uso de medicamentos para tratar las alergias

Tratar o atenuar los síntomas de las alergias con medicamentos no es una solución permanente. Muchos estudios han descubierto que los fármacos utilizados habitualmente, como los antihistamínicos, pueden provocar una disminución de la función cognitiva a largo plazo. Y lo que es más importante, la medicación no evita los efectos epigenéticos de la epidemia de alergia, sino que sólo intenta suprimir los síntomas.