Causas de la osteoporosis y la pérdida de masa ósea que debe conocer

En sí misma, la pérdida de masa ósea es un fenómeno natural. Los huesos están formados por colágeno, una proteína fibrosa que proporciona una estructura blanda, y el mineral fosfato cálcico, que endurece la estructura y añade resistencia. Pero los huesos no son permanentes. Como todos los tejidos vivos, cambian. Cuando el cuerpo necesita minerales como el calcio, un tipo especial de células llamadas osteoclastos descomponen los huesos para liberar los minerales, lo que se conoce como resorción ósea. A lo largo de la vida, el organismo reabsorbe el hueso viejo y forma hueso nuevo. De hecho, cada 10 años, el esqueleto se sustituye por completo por un nuevo conjunto de huesos.

Por lo tanto, todos podemos esperar cierta pérdida de masa ósea a medida que envejecemos. Pero algunas personas experimentan una pérdida ósea más rápida de lo normal. Con el tiempo, esto puede dar lugar a huesos débiles y quebradizos con un mayor riesgo de fractura, una enfermedad conocida como osteoporosis. En algunos pacientes, los huesos pueden volverse tan frágiles que incluso un estornudo o una tos bastan para provocar una fractura de costilla. Y algunas fracturas, sobre todo las que se producen en la cadera, pueden incluso incapacitarle permanentemente.

Lo preocupante es que la osteoporosis no es un problema infrecuente. De hecho, millones de personas padecen osteoporosis o corren un mayor riesgo de padecerla por tener una masa ósea baja. Sin embargo, hay motivos para animarse. Aunque en el pasado se pensaba que esta enfermedad era una parte inevitable del envejecimiento, los expertos creen ahora que controlar los factores que aumentan el riesgo puede ayudar mucho a prevenir la osteoporosis. Echemos un vistazo a los factores que pueden causar esta enfermedad.

Envejecimiento

Cada día se añade y se retira tejido óseo de los huesos. Durante la infancia, la adolescencia y los primeros años de la edad adulta, la velocidad a la que se deposita tejido nuevo es mayor que la velocidad a la que se retira. Así, los huesos se hacen más densos y fuertes hasta los 20 años, cuando se alcanza el pico de masa ósea. Pero a medida que envejecemos, la velocidad a la que se retira tejido óseo empieza a superar a la velocidad a la que se forma. A partir de los 35 años se empieza a perder densidad ósea lentamente. Esto nos ocurre a todos, pero algunos factores pueden aumentar las probabilidades de una pérdida ósea acelerada y hacernos vulnerables a la osteoporosis. La edad, por supuesto, es un factor importante: las mujeres mayores de 50 años y los hombres mayores de 70 corren un mayor riesgo de padecer osteoporosis.

Dieta inadecuada

Una dieta equilibrada, rica en frutas y verduras y con suficiente calcio, vitamina D, vitamina K y calorías, es importante para minimizar la pérdida ósea. El calcio y la vitamina D, necesaria para la absorción del calcio, son especialmente importantes.

Se necesitan 1300 mg de calcio al día entre los 9 y los 18 años, cuando el cuerpo está acumulando reservas de este importante mineral. Los adultos necesitan 1000 mg al día. Se recomiendan unos 1200 mg al día a partir de los 51 años para las mujeres y después de los 70 para los hombres. En cuanto a la vitamina D, los hombres y mujeres adultos necesitan 600 UI de esta vitamina al día y 800 UI a partir de los 70 años.

Qué hacer: Incluye en tu dieta alimentos ricos en calcio, como verduras de hoja verde, leche y soja. En cuanto a la vitamina D, tu cuerpo puede formar esta vitamina cuando te expones a la luz solar. Pero como la sobreexposición al sol puede causar problemas como el envejecimiento prematuro de la piel y el cáncer de piel, es posible que también quieras recurrir a fuentes dietéticas de vitamina D. Los aceites de pescado y los pescados grasos pueden aportarte vitamina D. Muchos alimentos, como los cereales y la leche, también están enriquecidos con esta vitamina.

Demasiada vitamina A

Aunque la vitamina A es importante para el crecimiento óseo, las investigaciones indican que un consumo excesivo de vitamina A, sobre todo de retinol, puede aumentar el riesgo de osteoporosis. ¿Por qué ocurre esto? Un exceso de vitamina A provoca un aumento de los osteoclastos en el organismo. Se sabe que estas células descomponen el hueso. El consumo excesivo de vitamina A también puede interferir con la vitamina D, necesaria para preservar el hueso.

Qué hacer: Es aconsejable no consumir fuentes ricas en vitamina A, como el hígado, más de una vez a la semana. Y a las personas con alto riesgo de osteoporosis -por ejemplo, personas mayores o mujeres posmenopáusicas- se les aconseja limitar su consumo de retinol a 1,5 mg al día. De hecho, consulte a su médico antes de tomar cualquier suplemento dietético.

Niveles bajos de hormonas sexuales

Los niveles bajos de la hormona femenina estrógeno en las mujeres y de la hormona masculina testosterona en los hombres se asocian a un mayor riesgo de osteoporosis. Sabemos que el estrógeno induce la muerte celular de los osteoclastos, las células que descomponen el hueso para que los aminoácidos y minerales liberados puedan utilizarse en otras partes del cuerpo.

El mecanismo de acción de la testosterona sigue siendo confuso. Sin embargo, sabemos que se metaboliza en un estrógeno conocido como estradiol y que éste es, al menos en parte, el responsable de sus propiedades protectoras de los huesos.

En las mujeres, la menopausia provoca un brusco descenso de los niveles de estrógeno. El síntoma más común que indica una deficiencia de estrógenos en las mujeres antes de la menopausia es la falta de periodos menstruales. Las menstruaciones irregulares o la ausencia de las mismas también pueden deberse a una combinación de ejercicio intenso y baja ingesta calórica que puede alterar los niveles hormonales. Las mujeres que hacen demasiado ejercicio y dieta, por ejemplo, las profesionales como las bailarinas de ballet o las corredoras de maratón, pueden ser propensas a esto.

En los hombres, los niveles bajos de testosterona pueden desempeñar un papel en el desarrollo de la osteoporosis. El consumo excesivo de alcohol o el uso de ciertos medicamentos esteroideos pueden provocar desequilibrios hormonales en los hombres.

Qué hacer: En algunos casos puede recomendarse una terapia hormonal sustitutiva. Sin embargo, esta terapia no está exenta de riesgos. Por ejemplo, se considera que la terapia de sustitución de estrógenos aumenta el riesgo de cáncer de mama, ictus y cardiopatías, mientras que la terapia de sustitución de testosterona puede asociarse a enfermedades cardiovasculares. Su médico puede ayudarle a evaluar los beneficios y los riesgos asociados a la terapia hormonal sustitutiva.

Reposo en cama o inactividad

La actividad física no sólo fortalece los músculos, sino también los huesos. Y si no haces suficiente ejercicio o pasas por un largo periodo de inactividad -por ejemplo, si estás confinado en la cama-, puede aumentar la velocidad a la que experimentas pérdida ósea.

Qué hacer: Manténgase activo. Los ejercicios de carga, que le obligan a trabajar contra la gravedad, se consideran los mejores para los huesos. Por ejemplo, caminar, correr, hacer senderismo, subir escaleras, levantar pesas, jugar al tenis o bailar.

Una persona sana que esté en reposo puede recuperar la densidad ósea reanudando los ejercicios con pesas. Cuando las personas no pueden reanudar estas actividades, puede ser útil tomar medicación para tratar la osteoporosis y abordar otros factores que aumentan el riesgo de osteoporosis.

Fumar

Fumar no sólo causa estragos en el corazón y los pulmones, sino que también puede debilitar los huesos. Diversos estudios demuestran que fumar aumenta las probabilidades de padecer osteoporosis. Esto podría deberse también a que fumar puede reducir la producción de estrógenos en el organismo.

Qué hacer: Los programas en línea, las guías de autoayuda y el asesoramiento pueden ayudarte a dejar de fumar. Los estudios también demuestran que el uso de medicamentos que reducen el síndrome de abstinencia y las ganas de fumar puede duplicar las posibilidades de abandonar este hábito. Un ejemplo habitual es la terapia de sustitución de nicotina, que consiste en tomar pequeñas dosis de nicotina para combatir el síndrome de abstinencia.

Consumo excesivo de alcohol

El consumo habitual de cantidades excesivas de alcohol puede aumentar considerablemente el riesgo de osteoporosis. El consumo excesivo de alcohol no sólo altera el equilibrio del calcio en el organismo, sino que también puede afectar negativamente a las hormonas y vitaminas que protegen los huesos.

¿Qué hacer? Si bebe alcohol, limite su consumo a niveles moderados. Los niveles moderados de alcohol se definen como 1 bebida al día para las mujeres y 2 bebidas para los hombres. Una bebida equivale a unos 500 mililitros de cerveza o 200 mililitros de vino.

Consumo excesivo de cafeína

Aunque su taza de café matutina puede proporcionarle la inyección de energía que tanto necesita para pasar el día, el consumo excesivo de cafeína puede contribuir a la pérdida ósea. Esto puede deberse a que la cafeína puede afectar a la viabilidad de los osteoblastos, las células que producen hueso en respuesta a la tensión mecánica y a los factores de crecimiento.

¿Qué hacer? Aunque se ha descubierto que tomar más de 3 tazas de café al día es un factor de riesgo de osteoporosis, los expertos recomiendan limitar el consumo de cafeína a 400 mg al día. A las mujeres embarazadas se les aconseja evitar por completo la cafeína o limitar su consumo a 300 mg al día. Una taza de café de 200 mililitros contiene entre 95 y 200 mg de cafeína.

Trastornos alimentarios

Los trastornos alimentarios como la anorexia nerviosa y la bulimia pueden provocar deficiencias nutricionales que afectan negativamente a los huesos. También pueden causar desequilibrios hormonales -una deficiencia de estrógenos o testosterona o un aumento del cortisol- que repercuten negativamente en los huesos. Un trastorno alimentario también puede causar desequilibrios hormonales -una deficiencia de estrógenos o testosterona o un aumento de cortisol- que aumentan tus probabilidades de pérdida ósea.

Qué hacer: Para tratar los trastornos de la conducta alimentaria se puede recurrir al asesoramiento dietético, que ayuda a seguir una dieta sana, a la terapia cognitivo-conductual, que ayuda a identificar y modificar los patrones de pensamiento y conducta que no son útiles, y a la medicación.

Un índice de masa corporal (IMC) bajo

Si su índice de masa corporal es de 19 o inferior, tiene un mayor riesgo de padecer osteoporosis. Su índice de masa corporal es una medida de su peso. Puede calcularlo dividiendo su peso en kilogramos por el cuadrado de su estatura en metros.

¿Qué hacer? Si su Índice de Masa Corporal es bajo, intente ganar peso gradualmente. Pero no confíes en alimentos como las bebidas azucaradas o los pasteles, que pueden tener un alto contenido en azúcar y grasas saturadas y, a la larga, perjudicar tu salud. En su lugar, opta por una dieta sana y equilibrada con más calorías. Asegúrate de incluir en tu dieta cereales integrales, frutas y verduras, aceites insaturados y legumbres, huevos, carne y otras fuentes de proteínas.

Ciertos medicamentos

Varios medicamentos, incluidos los utilizados para tratar el cáncer de mama, el cáncer de próstata, la epilepsia y las convulsiones, pueden provocar pérdida ósea. Lo mismo puede ocurrir con el uso prolongado de ciertos medicamentos esteroideos.

¿Qué hacer? Consulte a su médico si algún medicamento que esté tomando puede ser perjudicial para la salud de sus huesos. En algunos casos, su médico podrá sugerirle alternativas más seguras.

Artritis reumatoide

Diversas enfermedades pueden aumentar el riesgo de osteoporosis. La artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune caracterizada por la inflamación de las articulaciones y los tejidos cercanos. Estos tejidos inflamados pueden liberar enzimas que desgastan el hueso y el cartílago circundantes. Las personas que padecen esta enfermedad experimentan rigidez y dolor en las articulaciones, así como fatiga. Y con el tiempo, las articulaciones pueden incluso deformarse. El dolor y la pérdida de función en las articulaciones también pueden provocar inactividad, lo que puede aumentar aún más el riesgo de osteoporosis.

Se cree que los desequilibrios hormonales, las infecciones, los genes y el tabaco están relacionados con la artritis reumatoide. Las opciones de tratamiento pueden incluir fisioterapia, medicación, ejercicio, así como cirugía.

Enfermedad renal crónica

La enfermedad renal crónica es la pérdida de la función renal con el paso del tiempo. Los riñones desempeñan un papel importante en la salud de los huesos. Ayudan a mantener el equilibrio de los niveles de calcio y fósforo. Y convierten la vitamina D de los alimentos en calcitriol, la forma activa de la vitamina D que utiliza el organismo. La hipertensión arterial y la diabetes son las causas más comunes de la enfermedad renal crónica.

La pérdida de función renal se produce lentamente y los primeros síntomas pueden incluir pérdida de apetito, fatiga, dolores de cabeza, picor y sequedad de la piel, pérdida de peso y náuseas. A medida que la función renal empeora, puede notar una piel anormalmente clara u oscura, dolor en los huesos, sangre en las heces, facilidad para la aparición de hematomas, hinchazón o entumecimiento de manos y pies, somnolencia, sed excesiva, etc. Controlar la tensión arterial, el azúcar en sangre y el colesterol puede ayudar a ralentizar el daño renal. A medida que la enfermedad progresa, es posible que necesite diálisis o un trasplante de riñón.

Glándula paratiroides hiperactiva

Las glándulas paratiroides producen una hormona conocida como hormona paratiroidea que ayuda a controlar los niveles de calcio, vitamina D y fósforo en la sangre y los huesos. Los síntomas que se observan en esta enfermedad se deben principalmente a los daños provocados por los altos niveles de calcio en la sangre o la pérdida de calcio de los huesos. Estos síntomas pueden incluir dolor de huesos, fatiga, aumento de la micción, cálculos renales, depresión, pérdida de apetito y náuseas. El tratamiento puede consistir en aumentar el consumo de líquidos para prevenir los cálculos renales, terapia con estrógenos, suplementos de vitamina D o extirpación quirúrgica de las glándulas hiperactivas.

Hipertiroidismo

El hipertiroidismo es una enfermedad en la que la glándula tiroides produce demasiada tiroides. Los niveles elevados de la hormona tiroidea tiroxina pueden acelerar la pérdida de masa ósea.

Si padece esta enfermedad, puede experimentar síntomas como ansiedad, problemas para dormir, fatiga, pérdida de peso e hinchazón en el cuello. El tratamiento puede consistir en medicación, cirugía o radioyodo, que utiliza radiación.

Problemas de mala absorción

Diversas afecciones que impiden la correcta absorción de nutrientes por el organismo también pueden provocar pérdida de masa ósea. Algunos ejemplos son la celiaquía, la fibrosis quística y la enfermedad de Crohn, así como la cirugía de bypass gástrico para perder peso.

La osteoporosis también puede provocar la pérdida de dientes

La osteoporosis también puede afectar a otro aspecto preocupante a medida que se envejece: la salud dental. Las investigaciones indican que existe una relación entre la osteoporosis y la pérdida de hueso en los maxilares. El hueso de los maxilares es el anclaje de los dientes y, cuando se vuelve más frágil, puede producirse la pérdida de dientes. De hecho, se ha descubierto que las mujeres con osteoporosis tienen el triple de probabilidades de sufrir pérdida de dientes que las que no padecen esta enfermedad. Aunque las investigaciones futuras determinarán si los tratamientos para la osteoporosis pueden beneficiar al hueso de los maxilares, los científicos parecen ser optimistas al respecto.