Bulto detrás de la oreja: Qué significa y qué debes saber

Es normal asustarse ante algo anormal en el cuerpo, como un bulto evidente detrás de la oreja. Además de preocuparte por su antiestético aspecto general, también te hará preguntarte frenéticamente cuál es su causa y si puede tratarse. Y si el bulto va acompañado de una sensación de dolor o incomodidad, sólo empeorará las cosas.

La buena noticia es que no suele haber de qué preocuparse. No obstante, debes tener en cuenta algunas cosas. Como qué está causando esos bultos para empezar, y qué tipo de tratamiento puede tener que buscar.

Vamos a empezar con lo que realmente entendemos por un bulto detrás de la oreja.

¿Qué es un bulto detrás de la oreja?

Un bulto detrás de la oreja se refiere generalmente a un área localizada de la inflamación de ciertas glándulas llamadas ganglios linfáticos auriculares. Esto puede dar lugar a la formación de uno o varios bultos que pueden aparecer no sólo detrás, sino en cualquier parte de la oreja. Estas partes pueden incluir el lóbulo de la oreja o el conducto auditivo externo. Existen otros términos que suelen utilizarse para describir un bulto detrás de la oreja, como tumor, quiste, protuberancia y nódulo.

Naturaleza, aspecto y tamaño: Los bultos detrás de la oreja tienen tendencia a oscilar en ambos sentidos. Pueden ser completamente indoloros o muy dolorosos, pueden ser blandos o firmes al tacto, y pueden ser de tamaño grande o pequeño.

A veces, estos bultos pueden mantener el mismo tamaño en todo momento, mientras que en algunos casos los bultos pueden aumentar de tamaño muy rápida o muy lentamente. Por suerte, los bultos detrás de la oreja rara vez superan el tamaño de un guisante.

Algunas personas también pueden notar un solo bulto o varios, que crecen en racimo.

¿Cuál es la causa de un bulto detrás de la oreja?

Los bultos detrás de la oreja suelen ser frecuentes y, como ya se ha dicho, no suelen indicar nada grave.

Un bulto indoloro detrás de la oreja puede estar asociado con una variedad de causas tales como:

Quistes sebáceos: Bultos no cancerosos que se desarrollan alrededor de las glándulas sebáceas productoras de grasa.

Lipoma: Un bulto graso inofensivo que puede desarrollarse entre las capas de nuestra piel y que puede aumentar de tamaño con el tiempo.

Tumores benignos: Bultos blandos, indoloros y móviles que se desarrollan gradualmente desde los tejidos de las glándulas salivales hasta partes situadas detrás de las orejas. Aunque en su mayoría son inofensivos, una forma particular llamada colesteatoma puede destruir los tejidos de alrededor, lo que puede provocar mareos, supuración en el oído y pérdida de audición.

Cáncer maligno: Muy similares a los cánceres de piel, estos bultos (en su mayoría) indoloros se desarrollan detrás de las orejas y pueden requerir atención médica si aumentan de tamaño.

En cambio, los bultos dolorosos pueden deberse a:

Abscesos: Protuberancias calientes y dolorosas que se desarrollan cuando el tejido o las células se infectan. Nuestro cuerpo responde a la infección enviando glóbulos blancos a la zona afectada. Como resultado, comienza a desarrollarse pus en forma de bulto.

Dermatitis: La dermatitis, una afección causada a menudo por la fatiga, el estrés, las infecciones por hongos y las afecciones neurológicas, provoca la acumulación de células cutáneas cerosas muertas o piel seca. Puede dar lugar a bultos detrás de la oreja y suele ir acompañada de inflamación y enrojecimiento.

Mastoiditis: Afección causada por una infección del hueso mastoides que se encuentra detrás de la oreja y que puede provocar inflamación y la formación de bultos detrás de la oreja. Algunos de los síntomas comunes asociados a esta afección son dolores de cabeza, fiebre y pérdida de audición.

Inflamación de los ganglios linfáticos: La inflamación de los ganglios linfáticos a menudo asociados con problemas de salud como el resfriado común que puede causar pequeños bultos sensibles y suaves detrás de las orejas que son dolorosas.

Acné: Afección causada por cambios hormonales, estrés o altos niveles de infecciones por estafilococos en la superficie de la piel, incluso detrás de las orejas.

Otitis media: Un término oficial para una infección del oído, esto puede resultar en una hinchazón detrás de la oreja para darle un bulto.

Cómo diagnosticar un bulto detrás de la oreja por su cuenta

Hay ciertos tipos de bultos detrás de la oreja que requieren atención médica, mientras que algunos son inofensivos y se pueden dejar solos. Siempre se recomienda acudir al médico cuando se detectan estos bultos. Sin embargo, algunos consejos pueden ayudarle a determinar las posibles causas de su bulto.

Tócate el bulto

Si el bulto es indoloro, podría tratarse de un lipoma.

Si el bulto consiste en protuberancias sensibles y localizadas que molestan más que duelen y parecen más bien una hinchazón general, podría deberse a acné o a un quiste.

Si el bulto está inflamado y se nota caliente y doloroso al tocarlo, puede deberse a un absceso.

Observa atentamente el bulto

Nota: Esto puede resultar un poco difícil al principio, pero si puedes tirar del lóbulo de la oreja hacia delante y mirarte de reojo en el espejo, podrás, como mínimo, echar un vistazo al aspecto del bulto.

Si el bulto es pequeño y carnoso, lo más probable es que se trate de un lipoma.

Si el bulto parece localizado, rojo e inflamado, lo más probable es que se trate de un quiste, un absceso o acné.

Si el bulto supura un líquido espeso, amarillo y maloliente, lo más probable es que se trate de un quiste epidermoide, mientras que si el bulto desprende aceite, probablemente sea un quiste sebáceo.

Si el bulto supura pus de color verde o blanco, lo más probable es que se trate de un absceso.

Escucha a tu cuerpo

A veces, es posible detectar la causa de un bulto detrás de la oreja prestando atención a la forma en que tu cuerpo responde a él. Por ejemplo, si el bulto va acompañado de fiebre o dolor de garganta, es muy probable que se trate de una infección. Si, por el contrario, el bulto es indoloro y no presenta ningún síntoma, lo más probable es que se trate de un lipoma.

Si los síntomas o los bultos detrás de la oreja empeoran o persisten durante demasiado tiempo, consulte a su médico inmediatamente.

Tratamiento de los bultos detrás de la oreja

Los bultos detrás de la oreja causados por lipomas no suelen ser graves y tienden a desaparecer por sí solos sin ningún tratamiento. Todas las demás causas de bultos detrás de la oreja, sin embargo, pueden tratarse dependiendo de cuál sea la causa del bulto.

Remedios caseros para tratar los bultos detrás de la oreja

En algunos casos, los bultos pueden tratarse incluso en casa. Estos casos incluyen:

Mastoiditis: En este caso, el bulto está causado por una infección de oído subyacente, que puede curarse fácilmente con una mezcla de aceite de oliva antiinflamatorio y aceite de ajo antifúngico. Frote una o dos gotas de esta mezcla sobre la zona infectada todos los días y la infección desaparecerá.

Linfadenopatía: Suele indicar que el ganglio inflamado que causa el bulto está en el cuello. Haz gárgaras con agua de cúrcuma o agua salada para eliminar los síntomas.

Quistes y abscesos: Por muy tentado que estés, no revientes ni «revientes» la inflamación. En su lugar, utiliza una compresa caliente para drenar el líquido de la inflamación. Este método también ayudará a aliviar parte del dolor y las molestias. También puede tratar un quiste empapando un bastoncillo de algodón en aceite de árbol de té antibacteriano y manteniéndolo contra el quiste durante unos cinco minutos. Esto no sólo secará el líquido del interior del quiste, sino que también reducirá la inflamación.

Cuándo acudir al médico

Los remedios caseros suelen ser los mejores a la hora de tratar una afección, pero sólo durante periodos cortos. Si nota que los síntomas se niegan a desaparecer y no experimenta ningún alivio, es hora de que preste atención médica a su bulto en el oído.

Busque ayuda médica sin falta, si:

El bulto dura más de dos semanas, aunque sea indoloro (podría ser un signo de infección grave).

El bulto le causa mucho dolor o molestias.

Le cuesta mover la cabeza o el cuello.

Le cuesta tragar.

Siente que la zona dolorida crece o se extiende.

El bulto se inflama, empieza a soltar pus o se rompe solo.

Los síntomas que acompañan al bulto no disminuyen con el tiempo o empeoran.