Buenos efectos del estrés que deberías conocer

Ah, el estrés. Afecta a todo el mundo. Las causas más comunes son el trabajo, la escuela y la familia. Y aunque es molesto lidiar con él, el estrés tiene sus beneficios. Puede resultar difícil de creer. ¿Cómo puede ser bueno algo tan frustrante? Todo tiene que ver con el funcionamiento de tu cuerpo. Va más allá de las emociones, los sentimientos y los pensamientos. Con breves ráfagas de estrés, en realidad prosperarás.

¿No te lo crees? Echa un vistazo a estas cinco maneras de cómo el estrés es en realidad una buena noticia:

El estrés mejora el aprendizaje y la memoria

El estrés puede hacerte más inteligente. En serio. Todo gracias a la liberación de cortisol, la hormona del estrés. Según un estudio, el cortisol actúa en el córtex prefrontal del cerebro (la parte frontal del cerebro). Esta es la zona que regula el aprendizaje. Concretamente, actúa favoreciendo la transmisión del glutamato, el neurotransmisor encargado de la memoria. Recuerda que estos beneficios están asociados al estrés agudo, o situaciones pasajeras. ¿Y el estrés crónico? Es peligroso para tu salud mental. Es probable que se produzcan distracciones, pérdida de memoria y olvidos.

El estrés aumenta la felicidad

El estrés no suele relacionarse con la felicidad. Después de todo, puede parecer el fin del mundo. Incluso situaciones menores, como equivocarse de camino, pueden desencadenar mucha preocupación. Sin embargo, el córtex prefrontal también controla las emociones. El breve pico de cortisol la activará, promoviendo la felicidad y las emociones positivas. Además, te sentirás aliviado cuando hayas superado o resuelto la situación estresante. Una vez más, la clave está en la moderación. Demasiado estrés puede provocar depresión, ansiedad y otros trastornos mentales. Por eso es tan importante aliviar el estrés.

El estrés fomenta la respuesta al peligro

En situaciones de peligro, el estrés desencadena la respuesta de «lucha o huida». El cuerpo se prepara para protegerse. Por eso aumenta el pulso y se tensan los músculos. Se trata de sobrevivir. La respuesta de «lucha o huida» funciona incluso en situaciones menores. Por ejemplo, si algo va mal en el trabajo, es normal que nos pongamos a controlar los daños. Tu mente se centra en solucionar el problema y «sobrevivir» a él.

El estrés refuerza el sistema inmunitario

El modo «lucha o huye» también despierta el sistema inmunitario. Lo prepara para la batalla, poniendo sus células en guardia. Piénsalo como un entrenamiento para la inmunidad. Cuanto más tenga que enfrentarse, mejor podrá hacerlo. Cuando haya un problema real, tu cuerpo estará preparado para luchar. Pero si el estrés se acumula, puede jugar en tu contra. El estrés crónico suprime el sistema inmunitario y aumenta el riesgo de enfermedades e infecciones. El insomnio inducido por el estrés (incapacidad para dormir) tampoco ayudará.

El estrés fomenta la motivación

La motivación se alimenta de muchas cosas: pasión, curiosidad… y estrés. A algunas personas les basta con eso para ponerse a tope. Por ejemplo, cuando tienes que cumplir un plazo, el estrés te hace ser productivo. No hay nada como mirar la hora y darse cuenta de que estás muy justo. Eso hace que la pelota empiece a rodar.

Nadie está libre de estrés al cien por cien. Sin embargo, en pequeñas dosis, fomentará un estilo de vida equilibrado. No tengas miedo de sentirte tenso de vez en cuando. Acéptalo y aprende de la situación. Trabaja para evitar el estrés crónico. A cambio, protegerás tu cuerpo y tu cerebro.