Beneficios de la espiritualidad para la salud mental y física

Aclaremos una cosa. Aunque la religión o la fe están relacionadas con la espiritualidad, la espiritualidad va más allá de la religión. Son dos cosas distintas. El objetivo de todas las religiones es alcanzar ese estado mental espiritual. La conciencia del espíritu común que reside en todas las creaciones de la Tierra es espiritualidad. Los seres humanos son las únicas criaturas que pueden alcanzar este estado mental. Sin embargo, ciertas ilusiones nos engañan y quedamos atrapados en la vida, sin darnos cuenta del verdadero significado y propósito de nuestra existencia.

Los antiguos videntes hindúes llamaban a esta ilusión «maya». La espiritualidad ayuda a desvelar este manto de maya y nos permite ver las cosas de la vida como realmente son. Las suposiciones falsas y las percepciones incorrectas nos engañan y causan infelicidad. La espiritualidad tiene poderes curativos y puede transformar nuestra vida. He aquí algunos de los principales beneficios de la espiritualidad.

Mejora la salud mental y física

La espiritualidad tiene un impacto positivo en nuestra salud mental y física. Las personas que son espirituales tienden a ser felices y a estar contentas con lo que tienen. Esta sensación de bienestar contribuye también a la salud física. Cuando tu mente está bajo tu control, también puedes controlar fácilmente el cuerpo. Durante muchos años, los psicólogos mantuvieron la religión y la espiritualidad alejadas de la práctica clínica. Probablemente se debía a cierta aversión religiosa entre los primeros pioneros de la psicología, o quizá a que los psicólogos carecían de formación en este campo. Hoy en día, hay muchas razones con base científica para practicar la espiritualidad en beneficio de la salud general. Las nuevas investigaciones demuestran que los enfoques terapéuticos integrados en la espiritualidad son tan eficaces como otros tratamientos.

Aprender a ser compasivo

La compasión es un gran activo que una persona puede poseer. La palabra compasión significa «sufrir con». Comprender el dolor de los demás y empatizar con ellos conecta el espíritu que hay en nosotros. Junto con esta virtud, la tolerancia también desempeña un papel fundamental. Una vez que aprendes a aceptar a los demás, la tolerancia llega automáticamente. En el mundo actual, es la falta de compasión y tolerancia lo que ha causado el asesinato sin sentido de millones de personas. La espiritualidad nos enseña a ser compasivos y tolerantes.

Superar el miedo a la muerte

El mayor miedo que una persona puede superar es el miedo a la muerte. Es el miedo más profundo de todas las criaturas. En cierto modo, este miedo es bueno porque nos impide realizar actos peligrosos que pueden matarnos. Sin embargo, con el profundo sentido de comprensión que nos da la espiritualidad, nos damos cuenta de que la muerte sólo le ocurre al cuerpo y que el «yo real» es inmortal. La espiritualidad nos ilumina y nos infunde sabiduría. Un estudio específico demostró que, entre 90 pacientes seropositivos, los que eran espiritualmente activos tenían menos miedo a la muerte. La espiritualidad nos ayuda a aceptar que la muerte es una parte inseparable de la vida y nos da fuerzas para afrontarla.

Prevenir la depresión, promover la felicidad

Como la canción de Bob Marley «Don’t worry, be happy» (No te preocupes, sé feliz), la espiritualidad puede ayudarte a trascender tus preocupaciones. Puede que no haga desaparecer sus problemas de la noche a la mañana, pero sin duda puede ayudarle a afrontarlos. La espiritualidad puede curar ciertos trastornos mentales, como los traumas y la depresión. De hecho, la claridad de pensamiento que se consigue con las prácticas espirituales puede ayudarte a ver un problema desde una perspectiva totalmente nueva y ofrecerte soluciones eficaces.

Se ha demostrado que determinadas prácticas espirituales mejoran la salud. Meditar entre 10 y 20 minutos dos veces al día es beneficioso para tratar la depresión clínica. La espiritualidad tiene un efecto acumulativo en la salud a lo largo de toda la vida y es posible que no nos demos cuenta de su verdadero potencial hasta más adelante. La investigación ha demostrado que las prácticas espirituales contribuyen positivamente a una vida más sana y feliz.

Protección contra el estrés

El estrés nos afecta a todos y tiene un impacto adverso en nuestra salud mental y física. En realidad, muchas enfermedades surgen de la mente debido al estrés y más tarde se manifiestan como una dolencia física. Estas enfermedades se denominan enfermedades psicosomáticas. Aunque cueste creerlo, es cierto que numerosas enfermedades se deben al estrés. Las investigaciones demuestran que la espiritualidad es una herramienta excelente para combatir el estrés y lograr un estado mental relajado. Las congregaciones religiosas se convierten en círculos sociales que proporcionan apoyo y reducen el estrés en la vida de las personas. Los periodos de descanso y respiro del trabajo y las exigencias de la vida diaria sirven para reducir el estrés, una causa fundamental de enfermedades crónicas que sigue siendo la principal causa de muerte en la sociedad occidental. Los estudios demuestran que cuanto más temprana es la edad de inicio en la práctica religiosa, menor es la tasa de mortalidad por enfermedades cardiovasculares.

Alcanzar el éxito

El éxito suele medirse por cosas materialistas y a menudo se equipara con el dinero. Los ingresos, el nivel de vida y la posición en la vida personal y profesional se atribuyen al éxito. A pesar de tener todo eso y más, si no eres capaz de ser feliz y estar contento, el éxito no significa nada. La espiritualidad ayuda a alcanzar un estado mental equilibrado y proporciona claridad de pensamiento. Las personas que incorporan prácticas espirituales triunfan más fácilmente. También pueden manejar mejor los fracasos y seguir esforzándose en lugar de rendirse. El verdadero éxito se produce cuando tu interior no se ve perturbado por las consecuencias externas. Una vez que alcanzas esa paz interior, ningún incidente mundano puede perturbar esa tranquilidad. Ese es el verdadero éxito.